Hace casi un año te conté algo de lo que significaban para mi
las vacaciones en la ciudad de Mar del Plata.
Es una ciudad en la que me gustaría vivir,
es disfrutable tanto en verano como en invierno
y es de esos lugares a los que querés
sin buscarle mucha explicación.
Pero nunca había pasado unas fiestas
de Navidad o Fin de Año por allá.
Y este año, aprovechando la disposición del almanaque
y con muchas ganas de un cambio,
partimos a pasar fin de año allí.
Me gustó muchísimo la experiencia, me sorprendió
y también lamenté que no esté más promovido.
Después de cenar,
las calles se llenan de gente que camina toda junta hacia la playa,
familias enteras, chicos y viejos,
heladerita en mano para recibir el año.
A las 12 empiezan los fuegos artificiales
y se descorchan las sidras y champagnes,
aparecen las copas
y todos brindan en un ambiente totalmente familiar.
Luego, cada uno sigue la fiesta como mejor le parece.
Lo que si puedo prevenirte es que cuando decidas
tomarte vacaciones o hacerte una escapadita a algún lado,
primero te cerciores que no vaya yo,
sino tendrás lluvia, viento y frio asegurado.
He dicho.