No hay nada mas placentero que encarar un trabajo
teniendo bien en claro qué es lo que queremos lograr.
Aunque... este no fue el caso...
Hace un par de años (o más) tenía esta puerta que había encontrado tirada en la calle.
En realidad no estaba tirada, la hurté.
Recuerdo que una tarde al pasar con el auto hacia la oficina
la vi junto a una lata de pintura y un palo de escoba en una obra en construcción
reservando un lugar para que no estacionara nadie.
Estaba rodeada de albañiles por lo que seguí mi camino sin más.
A la vuelta, ya de noche, seguía ahí:
fue demasiado para mi, me bajé del auto y la cargué.
No, no siento ningún remordimiento,
seguramente habría terminado como fuego del asado la mañana siguiente.
(o eso me digo yo)
Mi idea era, a una de las caras que mas descascarada estaba,
sacarle toda la pintura y pintarla de blanco.
Necesito un fondo blanco que pueda clavar o atornillar para las fotos de la tienda,
así que durante las vacaciones estrené la pistola de calor
que me regalaron hace unos meses.
(sí, quién me conoce me regala herramientas:
la pistola, el minitorno, la lijadora...)
Y aquí viene lo interesante: amé la bendita pistolita.
Simplifica y acelera el trabajo de una manera genial,
ayudándose de la espátula levanta la pintura en forma rápida y limpia.
No te digo que te compres una si no la vas a usar asiduamente
pero si tenés que repintar, por ejemplo todas las puertas de tu casa,
hay lugares donde las alquilan
y el trabajo va a resultar mucho mas liviano y gratificante.
A medida que levantaba la primer capa de pintura aparecían sectores
con otros colores mas viejos o directamente la madera.
Me gustaba cómo se estaba viendo y empecé a desechar la idea del blanco
por lo que no insistí mas con la espátula.
Por último le pasé una lija para emprolijar y emparejar
y finalmente mi anhelado fondo blanco quedó de un
precioso color verde... y celeste.. y madera.
Es importante tener en cuenta si vas a usar pistola de calor en alguna oportunidad:
empezar con una temperatura mas tibia e ir subiendo según la necesidad;
ojo con dirigir el chorro de aire hacia la mano;
no tocar la boquilla de metal;
no usar en marcos de ventanas metálicos porque el calor se expande
y podría quebrar el vidrio y
al terminar de usarla dejarla enfriar antes de guardar.
Teniendo en cuenta estos tips
es una herramienta muy fácil y segura de usar.
La probaste alguna vez?