Pareciera que todo (o casi todo) en el taller
tiene una historia familiar detrás.
tiene una historia familiar detrás.
Y es que por suerte hay varias cosas
de las que no nos desprendimos, como esta mesa.
de las que no nos desprendimos, como esta mesa.
Cuando yo nací y hasta unos años después vivimos en
un departamento chico pero súper luminoso y unas de las cosas
que recuerdo mas lindo tenía, era la cocina.
Amplia, blanca, con un ventanal enorme por el que se podía pispear la calle
y un olorcito a comida casera todos los días.
que recuerdo mas lindo tenía, era la cocina.
Amplia, blanca, con un ventanal enorme por el que se podía pispear la calle
y un olorcito a comida casera todos los días.
Por supuesto que la mesa de esa cocina la hizo mi viejo, carpintero.
Es el día de hoy que está perfectamente firme, con la madera impecable
Es el día de hoy que está perfectamente firme, con la madera impecable
pero con una fórmica color naranja horrible y con los cantos despegados.
Pensé dónde ponerla, qué hacerle y decidí quedármela en el taller
sin complicarme mucho en su recuperación.
sin complicarme mucho en su recuperación.
Le quité el barniz a las patas lijándolas muy bien hasta lograr
el color de la madera natural a las que protegí con cera
y para cubrir la tapa decidí hacer un collage con hojas de libros viejos
y algo de decoupage con servilletas y láminas.
y para cubrir la tapa decidí hacer un collage con hojas de libros viejos
y algo de decoupage con servilletas y láminas.
Me encanta esta técnica, lo noble que es para tapar imperfecciones,
lo rápida y lo lindo que queda.
Y hablando de cosas con historia, ese velador de bronce era de mi abuela.
En un momento pensé en darle una pátina blanca,
pero finalmente me gustó como quedaba así, al natural
y el contraste que lograba con las hojas amarillentas, asi que lo único
que hice fue agregarle unas pantallitas individuales negras.
lo rápida y lo lindo que queda.
Y hablando de cosas con historia, ese velador de bronce era de mi abuela.
En un momento pensé en darle una pátina blanca,
pero finalmente me gustó como quedaba así, al natural
y el contraste que lograba con las hojas amarillentas, asi que lo único
que hice fue agregarle unas pantallitas individuales negras.
Quedó un rinconcito
como con una atmósfera especial...
como con una atmósfera especial...
Bueno, al menos eso siento yo cuando cae la tarde y me siento un rato ahí
a programar lo que resta de la semana, hacer números, anotaciones pendientes,
en fin, lo que sería la parte más aburrida del trabajo.
a programar lo que resta de la semana, hacer números, anotaciones pendientes,
en fin, lo que sería la parte más aburrida del trabajo.
Que tengas muy buena semana y
un rinconcito especial para disfrutar!