Las joyas, la avaricia y otros menesteres

Hace relativamente poco

 descubrí las llamadas "ventas de garage"

Había escuchado algo,
pero Dani de  "antigua feria"       

hace un tiempo lo explicó en su blog
y luego me envió un mail con lujo de detalles
 contándome la modalidad 

Si no las conocés te cuento
que es una venta integral del contenido
de un departamento o casa
y cuando digo integral es integral,
venden los muebles, los adornos, las luces, la ropa,
las herramientas, los juguetes,
 hasta los utensillios de cocina de uso diario.

En general se debe a sucesiones, viajes al exterior, mudanzas o porque quieren deshacerse de cosas que ya no usan.

He ido a algunas y la verdad, es que se vuelve adictivo,
 porque para mí no se trata de encontrar algo en particular,
 la joyita de la abuela,
sino que es algo, casi diría sociológico,
 me gusta recorrer las casas, mirar la decoración,
 imaginarme quiénes habrían vivido ahí, 
adivinar los viajes que hicieron.
Esos que se traducen en las muñequitas, platitos y estatuillas
 traídos de recuerdo.

Muchos todavían tienen en sus placares
 los vestidos, tapados y sombreros de fiestas pasadas. 

Ver los juego de té, la vajilla para muchos comensales,
 fotos de familia, libros leídos, discos escuchados.

Quienes se van o sus herederos,
 ahora venden todo.
Me gusta el ambiente que se crea.

Pero el fin de semana pasado me tocó presenciar
 cómo la prepotencia de unos
 puede hacer pasar un mal momento al resto.

Al grado en que llega la avaricia, la avivada, la falta de respeto.

Ese que,
 increpando a los gritos, casi hasta llegar a las manos, 
al encargado de organizar el ingreso al lugar,
quiere imponer sus razones
para entrar antes, para llevarse  lo mejor,
esa "joyita" que todos buscan(mos).

Para ellos es parte de un negocio y me parece bien,
pero me pregunto,
es necesario prepotear, ser violento,
subestimar al otro?

Miserias humanas, que por suerte no son lo habitual.